Por Juan Tomás Valenzuela
En una acción muy confusa,
a Julio César Correa,
después que casi se mea
hasta le han pedido excusas.
Después de la escaramuza
donde lo llevaron preso,
lo devolvieron ileso
al entorno de su hogar,
pues no se pudo probar
nada, en torno a este proceso.
Al exdueño de Edenorte
lo sacán en parihuela,
frente a sus hijas, su abuela,
su cuñada y su consorte.
El fiscal no cogía corte
por más muela que le dieron.
Los mismos que intervinieron
a Germosen y a Pagán,
fueron donde este patán
y también lo redujeron.
Los agentes declararon
que por orden superior,
fueron donde este señor,
pero allí nada encontraron.
Al hombre se le tiraron
después del toque de queda.
Llegaron como Al Qaeda
y le voltearon la casa,
desde el lobby a la terraza,
armando una polvareda.
Desde cerca de las 5
a entrada la madrugada,
la casa está acordonada
como una mano de bingo.
Aunque yo no vi a los gringos
en medio del experticio,
allí estaban los del vicio,
con perros amaestrados,
viendo a ver si este avezado
aportaba algún indicio.
Pero al final del proceso,
Julio, nunca fue apresado.
O no estaba vinculado,
o tal vez no sabía de eso.
Este es el tipo de excesos
que no deben permitir.
Si lo van a perseguir,
atiendan bien sus cartones,
porque sino, estos bribones
se podrían escabullir.
Juan de los Palotes
11 enero 2021